Características
Esta fusión está inspirada en la piedra mediterránea, un homenaje a la arquitectura de piedra seca y a las barracas de viña y bosque. La técnica consiste en ir sobreponiendo de forma horizontal las piedras sin pulir, allanadas y bien aparejadas entre sí, formando una ligera pendiente. La hilada superior se decanta hacia el interior, formando anillas de piedra de radio decreciente hasta la cúpula, que finalmente se cierra con una o varias losas. A veces, también se pone por encima una capa de tierra y arcilla e incluso, en algunas ocasiones, se ponen fijadores vegetales. Las construcciones de piedra seca tienen un gran valor histórico y son un auténtico referente de identidad propia del Mediterráneo. En este sentido, han configurado a lo largo de los siglos unos paisajes agrícolas y ganaderos de gran valor arquitectónico, dominados sobre todo por el roble, la viña y los cereales, cultivos completamente adaptados a los suelos y al clima del Mediterráneo. Los muros de piedra seca, además de formar bancales o delimitar parcelas, constituyen ricos ecosistemas para muchas especies animales y vegetales. Una fusión tradicional con identidad propia.
