Tendencias: resurge el minimalismo cálido

Blog Tendencias ·

La necesidad de crear rincones de calma y tranquilidad en nuestros hogares ha hecho destacar tendencias que nos ayuden a disfrutar de lo verdaderamente esencial.

 

Una de ellas es el minimalismo cálido, una evolución del minimalismo racional de los años 90 que va más allá de la sobriedad típica del estilo para proporcionar más confort y calidez. Se trata de crear ambientes funcionales y tranquilos que generen emociones positivas, y en los que el protagonismo no recaiga en los objetos, sino en las personas y su relación con el entorno.

 

El minimalismo cálido juega con las texturas, los materiales y el entorno para crear estancias sencillas, pero con características propias que refuerzan su impacto visual y llenan el espacio.

Apelar al tacto y la vista

 

Cuando los objetos decorativos son mínimos, las texturas se convierten en una manera de transmitir emociones a primera vista. Maderas naturales como la de nogal, tratadas para destacar su poro abierto, enriquecen su textura y la dotan de un movimiento elegante y profundo.

 

El minimalismo cálido  bebe de filosofías orientales como el wabi-sabi o el japandi, aunque añade texturas más complejas y colores más cálidos para crear rincones confortables. Con materiales que realcen sus marcas únicas, obtenemos ambientes en los que poder reflejar nuestra personalidad.

Potenciar materiales y colores naturales

 

En estos espacios sencillos se busca transmitir emociones nada más verlos. Por eso, una buena opción son los materiales sin tratar, con estructuras sencillas y sólidas, en los que destaquen las formas redondeadas.

 

Además, a los tonos blancos, grises y negros minimalistas por excelencia se le añaden también colores naturales y toda la gama de colores tierra. En combinación con estos tonos, las maderas equilibradas y con estructuras tranquilas son una buena opción para crear espacios relajados y amables.

Utilizar el entorno como un elemento más

 

En la búsqueda del bienestar, los elementos externos entran a forma parte del interior. La luz natural, y sus sombras, se convierten en un elemento más de la decoración que crea distintos ambientes según el momento del día.

La utilización de los recursos naturales también incluye otros elementos del exterior, como las plantas, que juegan un papel fundamental en la decoración. En ambientes minimalistas, añaden un toque de color y otorgan movimiento a través de sus formas sinuosas, difuminando las barreras entre interior y exterior y ayudándonos a reforzar nuestra conexión con la naturaleza.