Ahora que nuestra vivienda se ha convertido en un lugar para cuidarnos y mejorar nuestro bienestar físico y emocional, somos mucho más conscientes de la importancia de los materiales que decoran los espacios y su influencia en nuestras emociones.
Esta necesidad de poner la salud en el centro de nuestras vidas ha hecho que nos fijemos mucho más en cómo y con qué decoramos nuestra casa.
En este artículo echamos un vistazo a algunas de las tendencias que nos hablan de los materiales y objetos de los que nos rodeamos en nuestro día a día.
Conexión biofílica
Cada vez es más común encontrar hogares con espacios híbridos, en los que se unen el exterior y el interior, donde priman materiales naturales como la madera o el lino.
Además, las tonalidades elegidas también ayudan a reforzar el vínculo con el exterior. Por eso, los colores tierra, azules o verdes se combinan con texturas profundas y los diseños que potencien los detalles más orgánicos del material.
La función del espacio
La flexibilidad en los espacios es una de las nuevas prioridades de nuestro hogar. Creamos los espacios en base a su función y la manera en la que los delimitamos también responde a los usos que queramos darles.
Por eso, ya sea en suelos o en superficies verticales, la combinación de materiales que elijamos es fundamental para conseguir espacios multifuncionales que se adapten a nuestras necesidades.
Salto intergeneracional
Los materiales y superficies de nuestro alrededor son el reflejo de nuestra personalidad, nuestras experiencias y nuestros orígenes. De esta forma, según nuestra vida, nuestros gustos cambian.
Las tonalidades más claras, que aportan luminosidad y viveza, son las preferidas por las generaciones más jóvenes. Por su parte, los tonos más oscuros, con mayor profundidad y una personalidad más definida, suelen ser los elegidos por las generaciones más mayores.
El valor de lo local
Las consecuencias del cambio climático y la gestión de los recursos naturales en los últimos años, o los problemas recientes en la cadena de suministros mundial, han hecho que los materiales locales recuperen un lugar principal en los espacios que nos rodean.
Buscamos decorar con maderas y piedras de nuestro alrededor, como el roble, típico de la cornisa cantábrica, o la piedra Marés, de Mallorca, para crear espacios familiares que nos conecten a nuestras raíces.
En nuestros próximos artículos iremos profundizando en cada una de estas tendencias.
¡No os los perdáis!